viernes, 25 de abril de 2008

CARTA A UN BUEN CLIENTE

PARA: Miguel , con afecto. Estimado y querido cliente- amigo; porque los clientes de esta casa son mis amigos. En primer lugar quiero agradecerle el detalle de enviarme la carta, aunque sea un pequeño reproche, porque eso demuestra que la gente está viva y siente y transmite sus sentimientos. Si usted fuera un pasota, como se dice ahora; hubiera pasado de todo y nadie sabría de su sensibilidad hacia las tradiciones y el cariño hacia esta casa; gracias. Esto me ayuda a valorar aun mas a mis clientes, porque yo tomo buena nota de las sugerencias de mis buenos clientes-amigos; aunque no siempre es posible cumplir con su mandato. Parte del éxito de esta casa se debe a los buenos clientes que con su asistencia y sus consejos o criticas han hecho posible que esta casa, permanezca y este abierta desde hace casi sesenta años; siempre dedicada a la venta de este producto tan castizo. Si no fuera por la colaboración de clientes como usted y de otros muchos, nunca hubiéramos llegado tan lejos. Gracias a todos ustedes me siento orgulloso y satisfecho de seguir manteniendo esta tradición y de poder trabajar cada día para mejorar si es posible el servicio a todos mis clientes, a quienes he dedicado la mayor parte de mi vida. Hay un cuadro colgado según se entra a los salones que dice: la reforma de esta casa; está dedicada a todos mis clientes. Hay otra frase que no está escrita; que mis ayudantes saben de memoria y que dice así: el cliente es el rey de esta casa, hay que atenderle con esmero y cuando sube la vida, ser muy prudente en los precios. He procurado que mis clientes estén bien atendidos; como me dicta mi conciencia y como me enseñaron desde niño, con absoluto respeto; pensando que casi siempre el cliente tiene razón. Lamentablemente este estilo de atención a los consumidores se está perdiendo. En segundo lugar; llevo toda mi vida dedicado a conservar la tradición de las gallinejas lo mejor posible y creo humildemente haber conseguido que este plato tan madrileño sea respetado y este a una gran altura dentro de la gastronomía madrileña, aunque como usted bien dice detractores los hay. Hay algunas cosas que había en otros tiempos y que han desaparecido como desaparece la vida, pero lo fundamental se mantiene; que es poder saborear un buen plato de gallinejas con botón y fritas en una gran sartén como antiguamente, con los entresijos, los chicharrones, las mollejitas y demás productos elaborados con esmero y adornado con unas papas fritas en la misma grasa. Servidas calentitas y humeantes en una sartén como si fuera la prolongación del lugar donde se fríen. Dejo a su respetable opinión la consideración de pensar que este cambio pueda ser muy importante. Al cabo de los años se han ido perdiendo, como se pierden los amigos algunas cosas de este negocio, como las negras, las madrecillas, la ubre; y como usted bien dice; las señoras con delantal blanco y los collares o las pulseras como llevaba mi tía Alfonsa; pero sigo diciendo que lo fundamental creo que se mantiene y también creo humildemente que en algunas cosas hemos mejorado. He sido siempre muy cauto a la hora de hacer cambios y cada vez que esto sucede suelo preguntar, no solo a mis ayudantes si no a mis clientes. Por ejemplo los canutos son un nombre popular, elegido por los clientes; ya que antes estos se vendían junto con los chicharrones y a petición de los clientes se separaron, pero faltaba el nombre; y los clientes eligieron el nombre, llamándoles canutos entre otros nombres: como tuberías o tubos. En este asunto que nos concierne de la sustitución de las fuentes de cristal por las pequeñas sartencillas, similares a la sartén donde se fríen los productos de esta casa; le debo de decir que hace más de seis meses empecé a buscar nuevas fuentes de cristal para sustituir las que se rompen o se deterioran; pero con gran sorpresa no he podido encontrar, porque ya no las fabrican. A partir de esta situación, no tenía más remedio que buscar algún recipiente para sustituir estas fuentes que llevábamos usando desde hace sesenta años. Hicimos algunas pruebas y preguntamos a los clientes que les parecía estos nuevos recipientes. En esta sencilla encuesta, todos los clientes opinaron que les parecía muy bien y nos ayudo a tomar la decisión de servir las gallinejas en estas santencillas, por la similitud que tienen con la gran sartén y que nos parecía más cálida que otras bandejas que probamos. Si su opinión la hubiéramos sabido antes, quizá hubiera influido en nuestra decisión de buscar otro recipiente. Queda claro que no fue un capricho, sino una necesidad con más o menos acierto. Deseo y espero que mi explicación pueda paliar un poco su opinión desfavorable a este cacharro. Confío poder saludarle y hablar personalmente de este y otros asuntos relacionados con las gallinejas. Seguro nos ayudaran a mejorar todo lo que tiene que ver con esta comida tradicional y típica de Madrid que con mucho cariño elaboramos cada día para que nuestros buenos clientes se sientan un poco más felices. Querido amigo-cliente reciba un cordial y afectuoso saludo. Gabino domingo Internet: gallinejasgabino